Tíbet.
El lago Yamdrok
El lago Yamdrok es uno de los cuatro lagos sagrados más importantes de Tíbet
El más cercano a la capital y el más visitado.
Tiene forma de abanico abierto hacia el sur, y se despliega durante 130 km de este a oeste y 70 de norte a sur con una superficie de 638 km².
Es el mayor de los lagos del sur del Tíbet. Su profundidad es variable. Rodeado de montañas, su orilla se curva formando bahías y ensenadas que contribuyen a crear paisajes siempre distintos.
Los tibetanos consideran sagrados los lagos, al igual que las montañas, ya que son moradas de los dioses protectores y por ello están investidos con poderes espirituales.
Ellos creen que el lago Yamdrok tiene poderes adivinatorios; lo que le ha convertido en un destino frecuente de las peregrinaciones.
Es venerado como un talismán,
Se le considera parte del espíritu vital del pueblo tibetano y se dice que si sus aguas se secasen Tíbet ya no sería habitable.
En una península que se adentra en el lago está el monasterio Samding, el único monasterio tibetano a cargo de una reencarnación femenina.
Dado que no es un convento femenino, su abadesa encabeza una comunidad de unos treinta monjes y monjas. Es famoso por ser el lugar donde vivió Dorje Pakmo, la única mujer Lama del Tíbet.
Se puede visitar, y yo diría que se debe visitar, en una excursión de un día desde Lhasa o de camino a Gyantse. Cuando el viajero sale desde Lhasa, tras cruzar el río Yarlung Zangbo la carretera se va elevando a lo largo de unas suaves curvas que proporcionan paisajes siempre cambiantes con el río cada vez más lejos.
Antes de culminar el puerto que da acceso a la cuenca del lago, hay un mirador con vistas espectaculares, donde acude la población local con impresionantes ejemplares de mastines tibetanos y yaks, con los que los turistas se pueden hacer fotos. Enseguida aparecen los primeros paisajes del lago.
El lago fascina a los viajeros por sus aguas azules cristalinas y un fondo de montañas nevadas en la lejanía, que se reflejan también en sus aguas, y ese paisaje, con sus variaciones, acompaña al viajero durante gran parte de la ruta hacia Gyantse.
En el camino hay algunos puntos turísticos y lugares donde se suele parar a hacer unas fotos, pero dado que las comidas que pueden ofrecer los mejores restaurantes, y el ambiente en el que lo hacen, pueden acabar por arruinar un día magnífico.
Yo recomiendo preparar un picnic para ese día, y hacer alguna parada a la orilla del lago para comer. Será una experiencia inolvidable.
El lago es también famoso por ser un hábitat frecuentado por numerosas especies de aves migratorias, y en sus aguas viven algunas especies de peces endémicas. A sus orillas la vida de los tibetanos toma forma, en los pastos se pueden encontrar pastores y peregrinos
Artículo publicado en la página de viajes y guías culturales en la que nosotros también colaboramos .
La colección de guías culturales es una rama de la editorial DANCING DRAGONS BOOKS
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